Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
Celebramos hoy la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre. Manos Unidas es, como sabéis, la ONG de la Iglesia Católica Española para la promoción y el desarrollo de los países más empobrecidos. Son ya 60 años los que cumple esta organización cristiana, que golpea nuestras conciencias y nos provoca a la solidaridad, luchando contra el hambre, la pobreza, la exclusión y la falta de compromiso en la construcción de un mundo más justo y solidario.
Si miramos hacia atrás, lo hacemos con el agradecimiento al coraje de aquellas primeras mujeres de Acción Católica que, conscientes de la realidad de su momento, no se quedaron con los brazos cruzados sino que se pusieron manos a la obra para estrechar otras manos y crear fraternidad. Y es que la raíz del hambre que existe en el mundo está en la falta de fraternidad. Sin la fraternidad es imposible erradicar la pobreza, construir una sociedad justa, edificar una paz sólida y duradera. Como dice el Papa Francisco: «Solo cuando el hombre se concibe a sí mismo, no como un mundo aparte, sino como alguien que, por naturaleza, está ligado a todos los demás, a los que originariamente siente como “hermanos”, es posible una praxis social solidaria orientada al bien común» (Mensaje para la XXVII Jornada Mundial del Enfermo).
Hemos de ser conscientes de que vivimos en un mundo de grandes contrastes que son consecuencia de esta carencia de hermandad. Por una parte, el mundo en el que nosotros vivimos, que está caracterizado por la sociedad del derroche y del consumo; una prueba de ello es que se estima que los españoles tiramos a la basura unos 3,6 millones de kilos de comida diariamente. Por otra, frente a esta escandalosa realidad, la gran mayoría de los habitantes de nuestro mundo carece de lo necesario para vivir. Según la FAO, el 11% de la población pasa hambre, lo que significa más de 820 millones de personas. Los informes nos dicen que el número ha crecido con respecto a otros años anteriores, debido fundamentalmente a los conflictos armados y al cambio climático que estamos propiciando con nuestros modos de vida. No podemos olvidar que estas causas están en la raíz del sufrimiento de muchos de los emigrantes y refugiados que siguen llegando a nuestras ciudades.
Continuar leyendo
Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
En este espacio dominical que se me ofrece para el comentario, la reflexión o la información eclesial, quiero referirme hoy al viaje que el Papa Francisco ha realizado recientemente a los Emiratos Árabes, noticia e imágenes que ya conocéis por los medios de comunicación. El viaje se ha valorado como un hecho histórico porque es la primera vez que un obispo de Roma se ha hecho presente en la Península de Arabia y ha sido acogido de modo cordial por el Príncipe heredero y otras autoridades locales. La relevancia histórica resalta también desde el punto de vista eclesial: por primera vez se ha celebrado en esa región una misa pública y abierta con asistencia de más de 120.000 cristianos procedentes de toda la península arábiga.
El motivo directo del viaje ha sido la participación en una conferencia interreligiosa con altos representantes del islam y de diversas religiones. A la vez se conmemoraba el octavo centenario del encuentro de san Francisco de Asís con el sultán Al-Malek. Como eco del espíritu del santo de Asís, en su mensaje a la población el Papa Francisco dijo mostrarse «feliz por escribir una página nueva de las relaciones entre religiones en vuestra querida tierra, para confirmar que somos hermanos en la diversidad». Como Francisco de Asís, también el Papa Francisco hacía una apuesta, inédita en aquel lugar, por la familia humana, la fraternidad y la paz.
Continuar leyendo
“¡Ufa, se están peleando otra vez! Yo no me meto, que se arreglen, se pasan todo el tiempo peleando”, pensó Cristina mientras pasaba junto a Gabriel y Gastón. La pelea tenía un motivo. Gabriel se burlaba permanentemente de su compañero porque no le gustaba jugar al fútbol. Lo agobiaba, y cuando Gastón no tenía más remedio que jugar porque el profe de educación física lo obligaba, Gabriel lo empujaba o no le hacía pases, aunque estuviera solo delante del portero. Muchos de los compañeros escuchaban y veían el maltrato, pero, como Gastón se defendía y le contestaba, creían que ya estaba, que ya no era su problema.
Continuar leyendo
Seguimos en el mismo escenario del domingo precedente. Estamos, por tanto, en la sinagoga de Nazaret, donde Jesús ha dicho a sus paisanos que las palabras de Isaías que acababan de escuchar se referían a él: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír”. Sus paisanos no lo dicen, pero lo piensan. Porque la pregunta “¿no es éste el hijo de José?”, llevaba esta retranca: “¿No le hemos visto ayudar a su madre en casa, trabajar en el taller, hacer los arreglos de nuestras casas, en una palabra, ser uno más de nosotros?.
Continuar leyendo