Día del Amor Fraterno

La forma sinodal de la Iglesia, que en estos últimos años estamos redescubriendo y cultivando, sugiere que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados. Invito a todas las comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo. Ay de nosotros si la penitencia cristiana fuera como la que entristecía a Jesús. También a nosotros Él nos dice: «No pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan» (Mt 6,16). Más bien, que se vea la alegría en los rostros, que se sienta la fragancia de la libertad, que se libere ese amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más pequeñas y cercanas. Esto puede suceder en cada comunidad cristiana.

En la medida en que esta Cuaresma sea de conversión, entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza. Quisiera decirles, como a los jóvenes que encontré en Lisboa el verano pasado: «Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos —estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos—, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto». Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud. La fe y la caridad llevan de la mano a esta pequeña esperanza. Le enseñan a caminar y, al mismo tiempo, es ella la que las arrastra hacia adelante.

Los bendigo a todos y a vuestro camino cuaresmal.

Roma, San Juan de Letrán, 3 de diciembre de 2023, I Domingo de Adviento. Papa Francisco.

Semana Santa 2024 - Programación de la parroquia

Puedes descargar el programa completo en el siguiente enlace:

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24 MARZO - DOMINGO DE RAMOS

11:30h.
Solemne Bendición de los Ramos.
Santa Misa.

28 MARZO - JUEVES SANTO - CENA DEL SEÑOR

Desde las 10:30h. hasta 13:00h.
Confesiones

17:00h.
Santa Misa.

18:00h.
Solemne Misa de la Cena del Señor.
Traslado del Santísimo al Monumento.

20:30h.
Oración para toda la comunidad parroquial.

23:00h. A 4:00h.
Podemos unirnos en oración que dirigirá el grupo de Adoración Nocturna de la parroquia.

29 MARZO - VIERNES SANTO - PASIÓN DEL SEÑOR

9:30h.
Rezo de Laudes.
Oración.

Desde las 10:30h. hasta 12:00h.
Confesiones.

Turnos de Vela ante el Santísimo en el Monumento:
De 10:00 h. a 10:30 h. Avda. Reyes Católicos y Avda. del Cid.
De 10:30 h. a 11:00 h. Fco. Mtnez Varea, S. Familia y Urb. Jerez.
De 13:00 h. a 13:30 h. José María de la Puente y Jerez
De 13:30 h. a 14:00 h. Doña Berenguela y P. Arámburu.
De 14:30 h. a 15:00 h. San Francisco y Villarcayo
De 15:00 h. a 15:30 h. Sedano y Federico Olmeda.
De 15:30 h. a 16:00 h. Avda. Cantabria y Fco Sarmiento
De 16:00 h. a 17:00 h. León XIII y voluntarios.

11:30h.
Viacrucis Solemne en el interior de la iglesia.

17:00h.
Solemne acción litúrgica de la muerte del Señor.
Adoración de la Cruz.

30 MARZO - SÁBADO SANTO - SEPULTURA DEL SEÑOR

Silencio y Soledad de María.
La Iglesia espera la Resurrección del Señor.

21:00h.
SOLEMNE VIGILIA PASCUAL

31 MARZO - DOMINGO DE RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

10:30h.
Procesión del Anuncio Pascual. Cofradía de Cristo Resucitado. Salida desde la parroquia.

HORARIO DE MISAS DEL DOMINGO 31 MARZO:
10:00h.
12:00h.
13:00h.
19:30h.

«San José, modelo de paternidad y patrono del Seminario»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

mario iceta

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas:

Esta semana, el día 19, celebramos la festividad de san José: el patrono de la Iglesia y del Seminario y, además, modelo de paternidad, esfuerzo, trabajo, nobleza, obediencia y esperanza.

San José, el «hombre justo» (Mt 1, 19), amó a Jesús con corazón de padre, asumió con entrega plena su progenitura legal y siempre estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios.

Su corazón de esposo fue encomendado por el Padre para cuidar de la Virgen María y, así, convertirse en el custodio de la Sagrada Familia. Un corazón, en palabras del Papa san Juan Pablo II, que «aceptó la Verdad contenida en la Palabra del Dios Viviente».

Su mirada confiada, entregada y silenciosa recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. Merced a ese regalo, se convirtió en un padre devoto del Verbo encarnado, tomando el lugar en la tierra, incluso, de su Padre celestial.

Y sus manos de carpintero, siempre dispuestas a trabajar por el Reino y su justicia, crecieron tanto en méritos y en santificación que aventajó a todos los santos.

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Evangelio del domingo, 17 de marzo de 2024

Por lo que concierne al Señor, esta es la parábola de su propio misterio. Él mismo es el grano de trigo venido de Dios, el grano de trigo divino, que se deja caer en tierra, que se deja romper en la muerte y, precisamente de esta forma, se abre y puede dar fruto en todo el mundo. Ya no se trata sólo de un encuentro con esta o aquella persona por un momento.

Ahora, en cuanto resucitado, es "nuevo" y rebasa los límites espaciales y temporales. Ahora llega de verdad a los griegos. Ahora se les muestra y habla con ellos, y ellos hablan con él; así nace la fe, crece la Iglesia a partir de todos los pueblos, la comunidad de Jesucristo resucitado, que se convertirá en su cuerpo vivo, fruto del grano de trigo. En esta parábola encontramos también una referencia al misterio de la Eucaristía: él, que es el grano de trigo, cae en tierra y muere

(Benedicto XVI, Visita a la iglesia evangélica luterana de Roma,domingo 14 de marzo de 2010).

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Evangelio del domingo, 10 de marzo de 2024

Quien ha encontrado a Jesús ha experimentado el milagro de la luz que rasga las tinieblas y conoce esta luz que ilumina y aclara. Querría, con mucho respeto, invitar a todos a no tener miedo de esta luz y a abrirse al Señor. Sobre todo querría decir a quien ha perdido la fuerza de buscar, está cansado, a quien, superado por las oscuridades de la vida, ha apagado el deseo: "¡Levántate, ánimo, la luz de Jesús sabe vencer las tinieblas más oscuras; levántate, ánimo!".

(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2017)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (3, 14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

Palabra del Señor

Parroquia Sagrada Familia