Pastores que siembran esperanza
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
«Si la Iglesia es la Esposa de Cristo, vosotros constituís el momento del noviazgo, la primavera de la vocación, la estación del descubrimiento, de la prueba, de la formación». Hoy, cuando celebramos el Día del Seminario en torno a la fiesta de san José (que es el día 19), deseo recordar estas palabras que el Papa Francisco dedicó a un grupo de seminaristas y novicios en julio de 2013, en la Basílica Vaticana. Allí, ante su mirada atenta y despierta, les hacía una pregunta que debemos hacernos nosotros cada día: «¿De dónde nace la misión?».
En estos momentos, cuando vivimos sobrepasados por las prisas, las emociones y los sentimientos, el Señor vuelve a llamarnos para preguntarnos por la raíz donde nace nuestra vocación, por esa brisa vocacional que acompasa nuestro andar y por el agua que baña nuestra fe. Es una llamada de Dios que no solamente se la hace a los seminaristas, sino que lleva escondido el rostro de todos sus hijos. El lema que nos propone la Iglesia para esta jornada lleva implícito un mensaje cargado de sentido: Sembradores de esperanza. Y ha sido elegido por la Subcomisión Episcopal para los Seminarios para recordar que, en medio de las realidades que provocan sufrimiento e injusticia, es necesario «descubrir las zonas luminosas de la aventura humana y el papel que tienen los sacerdotes para generar esperanza». El compromiso silencioso de estos sacerdotes con cada persona es «generador de esperanza en el día a día», ayudando a «encontrar soluciones a sus problemas» y «aportando un sentido a sus experiencias vitales», señalan desde la Subcomisión.