

Manos Unidas: Compartir es nuestra mayor riqueza
Manos Unidas es la asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países más desfavorecidos. Es, a su vez, una Organización No Gubernamental para
el Desarrollo (ONGD), de voluntarios, católica y seglar. Centran su trabajo en dos actividades complementarias:
- La sensibilización de la población española para que conozca y sea consciente de la realidad de los países en vías de desarrollo.
- El apoyo y la financiación de proyectos en África, América y Asia para colaborar con el desarrollo de los pueblos del Sur.
La desigualdad creciente es el mayor reto al que se enfrenta hoy la humanidad. Implica la exclusión o discriminación en las oportunidades de vida, es permanente y estructural, y supone un profundo deterioro en las condiciones de vida digna de las personas. Además, atenta contra todos los derechos humanos que garantizan una vida verdaderamente humana, como son el trabajo digno, la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda, la salud, la educación, la participación o un medio ambiente saludable. Y afecta, sobre todo, a los países más empobrecidos del Sur global.
La desigualdad se enmarca dentro de lo que el papa Francisco llama la cultura del descarte, en la que los excluidos son «sobrantes», personas que pueden ser descartadas, como los pobres, quienes viven en barrios precarios, personas sin hogar, drogodependientes, refugiados, pueblos indígenas, personas ancianas, mujeres, niños y niñas por nacer, juventud excluida o explotada, migrantes, e incluso la creación maltratada.
La cultura del descarte surge del individualismo, fruto de la globalización de la indiferencia; una visión de la economía que prioriza la obtención de beneficios; y de un paradigma tecnocrático que considera que todo lo que es posible debe hacerse.
Manos Unidas: Compartir es nuestra mayor riqueza
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
Compartir es nuestra mayor riqueza. Este lema, que da vida a la Jornada de Manos Unidas que hoy conmemoramos, propone el reto de compartir los bienes para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad.
Con el deseo de remar mar adentro a ejemplo del Señor Jesús, celebramos esta Campaña contra el Hambre donde Manos Unidas, la organización de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países más empobrecidos, desea hacer una declaración de intenciones: «Por tu palabra, Señor, echaré las redes» (Lc 4, 31-37).
Manos Unidas surgió en 1959 «como respuesta de las mujeres de Acción Católica de España al llamamiento de la FAO», para denunciar «el hambre de pan, el hambre de cultura y el hambre de Dios que padece gran parte de la humanidad», recordó el papa Francisco a una delegación de la Comisión Permanente de la entidad que visitó al Santo Padre en diciembre del año pasado.
Con esta premisa, ayudando y contribuyendo a la promoción y al progreso de los países con economías emergentes, intentan eliminar de la faz de la Tierra el hambre espiritual y material. Y así, el Papa afirma: «Pensando en la labor que realizáis en la erradicación de esos males que siguen golpeando a tantas naciones, quisiera hacer referencia a la Madre de Dios como modelo de tantas mujeres que llevan adelante el mundo, la familia y los pueblos».

Evangelio del domingo, 9 de febrero de 2025
Jesús lo alienta diciendo: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres» (v. 10), porque Dios, si confiamos en Él, nos libra de nuestro pecado y nos abre un nuevo horizonte: colaborar en su misión. El mayor milagro realizado por Jesús para Simón y los demás pescadores decepcionados y cansados, no es tanto la red llena de peces, como haberlos ayudado a no caer víctimas de la decepción y el desaliento ante las derrotas. Les abrió el horizonte de convertirse en anunciadores y testigos de su palabra y del reino de Dios. Y la respuesta de los discípulos fue rápida y total: «Llevaron a tierra las barcas y dejando todo lo siguieron» (v. 11). ¡Qué la Santísima Virgen, modelo de pronta adhesión a la voluntad de Dios, nos ayude a sentir la fascinación de la llamada del Señor y nos haga disponibles a colaborar con él para difundir su palabra de salvación en todas partes!
Papa Francisco, Ángelus, 10 de febrero de 2019.