Evangelio del Domingo, 25 de Septiembre de 2016

El evangelio de este domingo es una fotocopia de nuestra sociedad, en la que, mientras unos pocos lo tienen de todo, la mayoría carecen de todo. Esa es, en efecto, la versión moderna de la parábola del rico Epulón y el mendigo Lázaro.

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«Estuve preso y me visitasteis»

Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)

gil hellin

En este mes de septiembre, el calendario nos ofrece la oportunidad de acercarnos al mundo de la cárcel: el pasado día 24 se celebró la fiesta de la Virgen de la Merced, patrona de las Instituciones Penitenciarias. Ella, en efecto, es la buena Madre que nos acerca a Aquel que nos libera de todas nuestras esclavitudes. Y esta fiesta, en el Año Jubilar de la Misericordia, tiene para nosotros una resonancia especial.

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Evangelio del Domingo, 18 de Septiembre de 2016

El evangelio de hoy es una parábola sobre la corrupción. Mejor dicho, sobre la ac­titud de un corrupto. El caso está descrito en tres actos y una conclusión.

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La conversión pastoral y misionera de nuestra iglesia

Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)

gil hellin

El domingo pasado os invita­ba a profundizar en la impor­ tancia que tiene el hecho de que todos los bautizados nos sinta­mos 'discípulos misioneros'. En concreto los que conformamos la Iglesia local de Burgos, para ir llevando adelante el nuevo Plan Pastoral diocesano que ya esta­mos dando a conocer.

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Evangelio del Domingo, 11 de Septiembre de 2016

EI evangelio de hoy es la parábola del "hijo pródigo", o mejor, "del padre" del hijo pródigo. Intentemos refrescarla.

Un rico hacendado tenía dos hijos. Un día, el más pequeño le dijo: "Me voy de casa a vivir la vida, dame lo que me corresponde". Su padre le escuchó dolorido pero respetó su libertad y se lo dio. Durante un tiempo, el chico se decía: "Esto es vida. Cómo no me habré dado cuenta antes. Pero, al ir de juerga en juerga y de prostituta en prostituta, al cabo de no mucho tiempo no sólo había malgastado su dinero sino que pasaba hambre. Incluso se ajustó para cuidar cerdos -que era el animal más vitando en su cultura-, sin que le dejaran comer las bellotas que ellos comían. "Pobre chico! Hundido en la miseria, comenzó a aceptar la realidad y la verdad: ¡"Cuantos criados en casa de mi padre tienen todo el pan que quieren y yo me muero de hambre!"

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Parroquia Sagrada Familia