Madre Verónica Mª - Mensaje de Navidad: Y hoy... ¿dónde está Dios?

Te busco

entre los pinceles de mi adviento
en la línea justa,
de esta imagen que sabe a cada día.

Y en la vida de mis cuadros,
me creo pincel, o a veces lienzo,
bastidor o témpera,
o el agua y la acuarela.

Después de tantos borradores,
ensayos o bocetos
en nada me concreto,
vacío y noche.

Y de nuevo te busco,
como musa del pasado,
como presente
y lo quiero en cada trazo.

Te busco como lienzo,
de mis muertes que te alumbran
de tus colores en mi noche,
de Velázquez y Greco de misterio.

Pero en mi lienzo negro,
de futuros y pandemias,
sin pesebres ni posadas,
el amor ya se dibuja.

El Verbo se hace carne,
el que existía en el principio,
el que sigue guardando silencio,
y sigue siendo vida y esperanza, nuestra, mía y tuya.

Y la palabra, y el verbo
se hace color, y pintura, y lienzo,
se hace boceto, para todos,
en la navidad y en el tiempo.

Y el verbo,
a pincel y bastidor,
en tu lienzo, o en el tuyo y mío…
se hace cuerpo…

Y alma,
y aliento.

Perdón al enemigo

Durante la guerra de la independencia de los Estados Unidos un hombre fue condenado a muerte por alta traición. Un soldado que se había señalado por sus grandes acciones heroicas se acercó a Jorge Washington para suplicarle que perdonara a aquel hombre que estaba condenando a morir.

Washington le contestó de esta manera: Siento mucho no condescender a la súplica que usted me hace por su amigo, pero en estas condiciones no es posible. La traición tiene que ser condenada a muerte.
El suplicante repuso: Pero si es que yo no le suplico por un amigo sino por un enemigo.

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«SE ALEGRA MI ESPÍRITU EN DIOS MI SALVADOR»

Retiro de Adviento (Parte II)

Pesebre de amor

Hace tiempo que un viajero en una de sus vueltas por el mundo, llegó a una tierra, le llamó la atención la belleza de sus arroyos que cruzaban los campos, y los sembrados. Habiendo caminado ya un rato, se encontró con la casas del pueblo, sencillas, coloridas y con puertas abiertas de par en par. No podía creerlo... él venía de un lugar muy distinto. Se fue acercando pero su sorpresa fue mayor cuando tres niños, hermanitos, salieron a recibirlo y lo invitaron a pasar, los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días.

El viajero aprendió muchas cosas, por ejemplo a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar la vacas, pero había una de la cual no podía descubrir el significado, cada día y algunos días en varias ocasiones el papá, la mamá y los hermanos se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca. Despacito dejaban una pajita entre María y José.

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Parroquia Sagrada Familia