Escenificación: Entrevista a los reyes del mundo
Narrador: Les voy a presentar a cuatro reyes, y cada uno nos va a mostrar cómo es su reino. Son unos reyes muy conocidos. Después de la entrevista sacaremos
alguna lección para nuestra vida. (Pasa primero el rey de Bastos).
Narrador: ¿Cómo te llamas?
Rey de Bastos: Yo me llamo el Rey de Bastos porque todas las personas que tengo trabajan para mí; soy muy exigente y no admito nada, ni perdono cuando me hacen una mala jugada, porque soy el más basto. Mi lema es duro y a la cabeza.
Narrador: ¿Cuál es el dios en que confías y el reino que quieres construir, para ver si no unimos a él?
Rey de Bastos: Yo creo en el dios de la fuerza y el poder. Los que quieran entrar en mi reino deben ser fuertes y violentos, tienen que querer ser más que los otros, estar por encima de los demás y abusar de todos. ¡Duro y a la cabeza!
Narrador: Bueno, nos quedamos pensando tu propuesta y vamos a entrevistar a otro rey.
(Entra el rey de Oros). ¿Tú quién eres?
Rey de Oros: Me llaman el rey de oros, porque todo lo que toco se convierte en dinero; tengo la suerte de que mis arcas reales revientan de tanta plata.
Narrador: ¿Y cuál es el secreto para que tengas tanto dinero, cuál es tu lema?
Rey de Oros: Mi lema es amar mucho, pero el dinero, por supuesto. Mi dios es la plata. Y tengo unas frases que son mis favoritas: Todo vale si te pagan bien; poderoso caballero don dinero; más vale quien más tiene; con la plata se compra todo, se tiene todo y se puede todo; hay que olvidarse de esas historias de la justicia y de los pobres.
Narrador: Gracias, ya te llamaremos en otra ocasión... Vamos a llamar a otro rey; que pase el Rey de Copas.
Rey de Copas: A mí me llaman el rey de copas, sobre todo por las fiestas y banquetes que organizo; trabajamos mucho en montarnos buenos carretes. Nuestro lema es:
comamos y bebamos hasta que no nos conozcamos.
Narrador: O sea, a la buena vida. ¿Y cuál es tu dios?
Rey de Copas: Mi Dios es la buena vida. Viva el copete, la música y el baile. Adoro el consumo, el placer y la comodidad. Me encantan el computador, los juegos y la cama.
Una buena teleserie, con una cabritas y un heladito... bakán!
Narrador: Bueno, muchas gracias; que pase el siguiente (que es el rey de espadas).
Rey de Espadas: Yo soy el rey de espadas y soy el mejor rey porque tengo un gran ejército, muchas armas y bombas nucleares, con ellas he conquistado muchos países, sobre todo los más pobres de la tierra, y todos los pueblos me temen porque soy muy poderoso.
Narrador: Y dinos, ¿cuál es tu lema?
Rey de espadas: Yo siempre he dicho que la mejor manera de cuidarnos es la fuerza y las armas; así tenemos el poder y nos respetan todos. El reino que yo quiero construir es el de la frialdad, la indiferencia y la muerte. En este reino todo es un buen negocio: las armas, la guerra, la muerte y la violencia por el terrorismo, la trampa, el combo y el desprecio, la falta de cariño y de comprensión, el odio...
Narrador: Bueno hay que tener mucho cuidado con este rey, no hay que enfadarse nunca con él. Que pase el último rey (pasa Jesús con un corazón).
Jesús: Yo soy el Rey de Corazones, es decir, el rey del amor; y de un amor que no se impone a la fuerza, que vale más que todo el oro del mundo y que se contagia por la cercanía y por la amistad. Soy el Rey de la verdad, de la vida y del perdón.
En mi reino los hombres y las mujeres son libres, se quieren y se cuidan, son solidarios y comparten lo que tienen; la amistad es lo más grande que se puede ofrecer. Mi Dios es el Padre y Madre de todos, que ama a todos y quiere lo mejor para todos. Mi lema es: amaos los unos a los otros como yo os he amado.
Hoy nuestro Maestro nos va ha hacer pensar si tenemos otros maestros en nuestra vida; si le seguimos a Él o también seguimos a otros pequeños dioses y adoramos otras cosas.
Vamos, pues, a vivir con mucha atención la Eucaristía, pues Jesús tiene que ser el más importante para los cristianos, para nosotros que somos sus discípulos, misioneros y testigos.