Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
Este domingo, 22 de octubre, celebramos en la iglesia la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND). Como sabéis, es una Jornada que se celebra cada año en todo el mundo para apoyar a los misioneros en la labor evangelizadora que desarrollan en otros países, entre las gentes más pobres.Y quiere ser al mismo tiempo una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización de la Iglesia. El lema propuesto por las Obras Misionales Pontificias para este año es 'Sé valiente, la misión te espera' En cualquier contexto se necesita hoy valentia para vivir y confesar nuestra fe cristiana, pero todos conocemos multitud de testimonios de misioneros y misioneras que, en su apasionante y valiente ministerio, viven situaciones límite en las que también a veces se pone en riesgo la propia vida.
Sin duda esta Jornada nos da también ocasión de recordar y contemplar rostros y nombres conocidos, porquela misión no es algo anónimo e indefinido. Como ya sabéis, hace pocos días fallecía José Manuel Madruga Salvador, delegado diocesano de misiones. Nacido en Revilla Vallejera, ingresó en el Seminario Diocesano de Misiones y profundizó los estudios en nuestra Facultad. Se incorporó al Instituto de Misiones Extranjeras (conocido como el IEME) y su valentía evangélica le llevó a la República Dominicana donde trabajó 14 años en los barrios más pobres de la ciudad de Santo Domingo. Posteriormente se dedicó a la Dirección del IEME, hecho que le facilitó vivir y sentir la misión en un sentido amplio, mundial y global, promoviendo servicios y actividades de animación y formación misionera. En septiembre de 2010, por razones graves de salud, volvió a nuestra diócesis donde se ha seguido entregando con el mismo espíritu misionero hasta sus últimas horas.
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Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
La religión está siempre expuesta a ser manipulada o instrumentalizada por intereses políticos e ideológicos, lo que conduce con frecuencia a enfrentar unas religiones con otras o a los creyentes con diferentes posturas ideológicas. Durante los últimos años el mundo ha sufrido, y nos han conmocionado de modo especial, graves atentados terroristas realizados en nombre de creencias religiosas. Estos acontecimientos han sido utilizados por algunas corrientes de pensamiento para menoscabar la religión y desautorizar o deslegitimar a los creyentes de todo tipo; porque la fe sería, según ellos, fuente de violencia, de confrontación, de odio, de fundamentalismos. Por eso algunos intelectuales reivindican el ateísmo como única garantía para la paz y la convivencia.
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Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
Ayer sábado se celebraba la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Si se nos habla de la urgencia de reivindicar un «trabajo decente» es porque para muchos hermanos nuestros la realidad del trabajo se presenta verdaderamente como «indecente» por lo que supone, en muchos casos, de precarización, negación de derechos, explotación, injusticia, economía sumergida, siniestralidad laboral... Al celebrar esta Jornada, todos estamos llamados, y así os lo propongo, a tomar conciencia de esta realidad y a no quedarnos indiferentes, porque nada humano nos debe ser ajeno, y porque «no hay peor pobreza material, como nos dice el Papa, que la que no permite ganarse el pan y priva a las personas de la posibilidad del trabajo y de que éste sea digno».
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Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
Este próximo martes nuestra Facultad de Teología celebra la inauguración de curso. En esta ocasión la celebración adquiere un relieve especial porque tiene lugar en el marco del 50 aniversario de su fundación. Por eso, como arzobispo de Burgos y a la vez Gran Canciller de la Facultad, deseo y es una satisfacción para mí dedicar a este tema mi reflexión semanal. De este modo quiero haceros a todos partícipes de esta conmemoración de la Facultad y del Instituto de Ciencias Religiosas, que considero un regalo de Dios para nuestra diócesis y para nuestra ciudad.
Un aniversario como este es un acto de recuerdo, de gratitud y de reconocimiento, por el servicio que la Facultad ha prestado de modo directo a la diócesis, y que también se ha extendido más allá de nuestras fronteras. Quienes, como yo, venimos de fuera estamos en condiciones de valorar y apreciar la calidad y la eficacia de este servicio; algo que, como sucede a veces, no siempre es percibido por los que están más cerca.
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