Evangelio del domingo, 25 de octubre de 2020
Puedes ver la misa del sábado tarde aquí:
Eran los días últimos de Jesús. El evangelio nos trae en estos días diversos enfrentamientos verbales con sus adversarios, que eran sobre todo los fariseos y saduceos. Hoy nos presenta a un fariseo que con cierta mala intención le pregunta a Jesús cuál es el principal mandamiento de la ley. Esto se debía a que, además de los diez mandamientos, se habían acumulado diversas normas legales, algunas atribuidas al mismo Dios; por lo que, entre los fariseos, más o menos entendidos en la Ley, tenían sus discusiones sobre lo que debería ser más importante. Unos creían ser la ley del descanso sabático, otros las limosnas o las oraciones.
Jesús hoy nos enseña que lo más importante es el amor: el amor a Dios, como ya estaba claramente expresado en el Ant. Testamento. Pero Jesús dice que, unido a este mandamiento, hay otro igualmente importante, que es el amor al prójimo.
Hay que hacer una importante advertencia: Aquel fariseo, con su pregunta, y Jesús, con su respuesta, están en distinta esfera o distinta onda. El fariseo está pensando en los mandamientos de la Ley como una serie de preceptos y dogmas, donde unos se consideran más importantes que otros. Jesús está pensando en la actitud principal de quien quiere conseguir el Reino de Dios. Es como una “manera de ser”.