Dios es fiel y mantiene su alianza eternamente
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
El día 25 de julio celebraremos la festividad del Apóstol Santiago, patrono de España, amigo y testigo del Señor.
Santiago Apóstol, quien fuera pescador junto a su hermano, el evangelista y también apóstol, san Juan, formó parte de los discípulos más íntimos del Señor. De hecho, estuvo a su lado, cuidó de Él y le acompañó en los momentos más significativos del Evangelio: la Transfiguración, la oración en el Huerto de los Olivos, la Última Cena, su Resurrección…
Cuenta la tradición que el apóstol fue enviado a predicar desde Jerusalén a Hispania. Estando aquí, mientras atravesaba múltiples adversidades porque no era fácil anunciar el Evangelio, se le apareció la Virgen María para infundirle la fuerza, el entusiasmo y la fe que necesitaba.
Después de un tiempo, volvió a Jerusalén, donde sería decapitado en el año 44. La tradición narra que sus discípulos recogieron su cadáver y lo llevaron a la costa gallega para, después, hacerlo descansar en esa hermosa tierra.
La vida del Apóstol Santiago nos anima a orar por los desafíos evangelizadores que en este momento tan especial se nos presentan. Recuerdo ahora el Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad El Dios fiel mantiene su alianza (DT 7, 9), ofrecido por la Conferencia Episcopal Española a la Iglesia y la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común. Mediante esta invitación a la reflexión, en este preciso momento de convergencia de múltiples acontecimientos políticos, económicos y culturales, desean los obispos «poner el acento en el vínculo o alianza que Dios sella con la humanidad», tanto «en la alianza matrimonial» como «en las alianzas entre las personas y los pueblos». Todo ello, iluminado en la Alianza nueva y eterna que Jesucristo «sella con su sangre rompiendo los siete sellos que parecían cerrar el libro de la historia en el abatimiento y la desesperanza».