¡No os dejéis robar la esperanza!
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
«La esperanza cristiana es un regalo de Dios que llena de alegría nuestra vida. Y hoy la necesitamos tanto. ¡El mundo la necesita tanto!», recuerda, con el corazón colmado de sueños por cumplir, el papa Francisco en su vídeo-mensaje del mes de diciembre, titulado Por los peregrinos de la esperanza.
En el corazón de este deseo para una Iglesia que está llamada a ser hogar con las puertas siempre abiertas, nace la intención de oración elegida por el Papa, quien recuerda el tiempo que vivimos como un lugar sagrado donde fortalecer la fe y reconocer a Cristo vivo en medio de nuestras vidas: «Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan», insiste en su petición.
Esta llamada especial, enmarcada en el contexto del próximo Jubileo 2025, nos sitúa ante el mandamiento principal de la ley de Dios, que es el verso central que acompaña cualquier poema recitado desde la esperanza cristiana: sólo amando al Señor con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente, seremos capaces de amar al prójimo como a nosotros mismos (cf. Mt 22, 36-40) y aún más, como Él nos ha amado.