CANCELACIÓN DE TODAS LAS MISAS
Según las disposiciones de urgencia del Arzobispado de Burgos, y ante el agravamiento de la situación provocada por el coronavirus y ante la declaración del Estado de Alarma, informamos a toda la comunidad:
La situación de pandemia que estamos viviendo a causa del coronavirus provoca que, al hilo de las medidas de las autoridades competentes, tengamos también nosotros que ir asumiendo respuestas complementarias a las dadas recientemente. Compartiendo el dolor de nuestro pueblo, sintiéndonos muy cerca de los enfermos y afectados por los que oramos especialmente, apoyando la tarea de los profesionales sanitarios y de los que tienen responsabilidad en la búsqueda del bien común, ofreciéndonos a las autoridades en lo que se estime conveniente, se añaden o rectifican al comunicado de ayer las siguientes medidas de actuación y prevención en nuestra Diócesis de Burgos, hasta nuevo aviso:
- Queda suprimido el culto público en todas las parroquias, iglesias y oratorios de la Diócesis. Se suspenden, por tanto, las celebraciones comunitarias y públicas de la Eucaristía. Como se ha indicado, los fieles quedan dispensados del precepto dominical. Se exhorta a la participación de la Eucaristía en familia a través de los medios de comunicación.
- Los sacerdotes celebrarán diariamente la Eucaristía, rezando por el Pueblo de Dios: aunque no podamos reunirnos físicamente, seguimos siendo comunidad, parroquia, Iglesia de Dios. Igualmente estarán disponibles para la atención de los fieles facilitando el consuelo, la escucha y los sacramentos, especialmente a los más necesitados.
- Queda suspendida la celebración pública de los funerales y exequias. Consensuando el modo de proceder con la familia, procúrese en la medida de lo posible posponer su celebración hasta la conclusión de estas medidas extraordinarias. Si esto no fuera posible por causas objetivas, sería factible la celebración del funeral de modo privado con la familia más allegada, posponiendo otra celebración abierta más adelante.
- Manténgase abiertas las iglesias para la oración personal de los fieles, en el horario que sus responsables consideren oportuno, para que, como signo de esperanza, estén a disposición de los fieles y puedan ir a rezar particularmente y vivir desde la fe estos momentos difíciles.
- Acogiendo las orientaciones dadas por la Conferencia Episcopal, se suspenden las procesiones de este tiempo.
- Vivamos esta situación con enorme esperanza y caridad: los pastores, desde la creatividad pastoral que lleve a estar cerca de las necesidades de nuestra gente, especialmente de los más vulnerables y frágiles, con el auxilio de la oración, los sacramentos y la Palabra; los fieles, desde la caridad y la cercanía, construyendo juntos el bien común que beneficia a todos y cada uno.