Siémbrate, crece…

La pedagogía del grano de trigo es tan sabia y espiritual que tendríamos que tenerla más presente en nuestro proceso vital. La enfermedad, la muerte, nos espanta de alguna manera. Sin embargo, solo desde la limitación, la entrega, el darse hasta el final, el morir… es la vía para la vida. Ahí se desparrama, se extiende el Amor. Por eso: Siémbrate, crece… y comparte.

La Cruz es la vía del crecimiento. Ahí florecerá la espiga que se convierte en alimento. Todos estos textos que nos preparan a la Pascua del Señor, nos ayudan al cambio de mentalidad y a entrar en la esperanza del sueño de Dios para la humanidad.

Seamos grano de trigo… pequeño, que cae y muere. Confiemos en el Dios de la Vida. Siempre. Y en su Amor. Sin límite.

Evangelio del domingo, 28 de marzo de 2021

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Oración

Puedes ver la misa de la tarde aquí:

Comenzamos la Semana Santa. La Iglesia nos presenta en esta semana los hechos más importantes de nuestra redención: la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Dios nos podría haber salvado con medios más sencillos, pero quiere unirse a nuestro dolor y testifica con su sufrimiento que su amor es sincero, es grandioso y que merece toda nuestra correspondencia. Para ello Dios se hizo hombre, aceptó un cuerpo como el nuestro y se entregó a la muerte y una muerte de cruz.

Pero el dolor no es el final de Jesús, como tampoco Dios quiere que sea nuestro final, sino la gloria y la felicidad. Por eso esa demostración sublime de amor terminó en la gloria de la resurrección. Hoy comenzamos la consideración de la Pasión de Jesús, que va unida al triunfo de su entrada en Jerusalén. La liturgia de este día tiene dos partes: En la primera asistimos al recuerdo, hecho vida en nosotros, de la entrada triunfal de Jesús. Después se celebra la misa donde se lee en el evangelio la Pasión de Jesús. Este año, que es el ciclo B, las dos lecturas son del evangelio de san Marcos.

San Marcos es el evangelio más sencillo. Según todos los entendidos fue el primero que se escribió. San Marcos era algo así como el secretario de san Pedro, de quien recoge estas grandiosas vivencias de un modo tierno y sencillo. En la entrada triunfal en Jerusalén se fija de una manera especial en la sencillez y mansedumbre. Parece ser que fue el mismo Jesús quien suscitó esa entrada cabalgando como en señal de triunfo o más bien de protagonismo profético. Porque ya lo había dicho el profeta que el Mesías iba a entrar en Jerusalén aclamado, pero de una manera humilde. La diferencia con un líder triunfador es que éste hubiera entrado cabalgando un caballo muy bien adornado, mientras que Jesús va a entrar cabalgando un burro o borriquito.

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Evangelio del domingo, 21 de marzo de 2021

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Oración

Puedes ver la misa de la tarde aquí:

Era el día de la entrada triunfal en Jerusalén. Entre la multitud había unos griegos. Quizá eran una especie de turistas o quizá eran buscadores del bien y de las cosas de Dios. Y quieren “ver a Jesús”. De hecho ya le veían y sabían dónde estaba; pero ellos quieren conocerle más personalmente y por eso piden una audiencia. Felipe y Andrés hacen de intermediarios y les introducen donde Jesús. La primera enseñanza que nos dan aquellos griegos es el deseo de “ver a Jesús”. A veces hay deseos de ver a Jesús por curiosidad. Hay otros deseos malsanos, como Herodes el Viernes santo, o el drogadicto que busca la salvación por la droga o quien vende su cuerpo por un poco de dinero. Otros deseos son normales, como el desocupado que busca trabajo. Nosotros debemos saber transformar los deseos normales, que son de felicidad pasajera, por la definitiva que nos dará el conocer personalmente a Jesús. Nosotros debemos mostrar el verdadero rostro de Jesús. Para ello debemos vivir lo más posible en unión con Jesús y ser testimonio de su amor con nuestro modo de vivir cada día.

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Sacerdotes con corazón de padre y hermano

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

mario iceta

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Hoy celebramos el Día del Seminario. Con el lema «Padre y hermano, como san José», deseamos –en este tiempo tan incierto para abrazar y, a la vez, tan idóneo para creer– reflejar la figura de san José en tantos corazones sacerdotales necesitados de la misericordia Dios.

La Subcomisión Episcopal de Seminarios destaca, en su reflexión teológica, que los sacerdotes «son enviados a cuidar la vida de cada persona, con el corazón de un padre, sabiendo además que, cada uno de ellos, es su hermano». El Año de san José, proclamado por el Papa Francisco y que ya estamos conmemorando bendecidos por este Custodio de Jesús, colma de suma importancia la escuela de Nazaret donde los seminaristas, cada día, se dejan modelar por el amor de Dios.

Esta jornada recuerda la importancia de dar la vida por los hermanos. Darse, recorriendo las huellas, las llagas y las espinas resucitadas del Señor. Darse, con la palabra, el ejemplo y la vida, como un patrimonio contemplativo y sagrado que se pone a los pies de los demás para servirles con entrega. Darse, sabiendo que Dios siembra la vocación en los surcos de nuestra tierra para ser personas cántaro que sacien la sed de tantos necesitados.

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Ilumina

Acercarse a la Luz es acercarse a Jesús. Ya puede estar todo oscuro, en tinieblas, que si Jesús está cerca su Luz nos inunda. Eso es causa de profunda alegría. ¡Encuéntrate con Jesús e ilumina!

En la noche, en nuestras oscuridades, podemos dejarnos prender por la luz de Jesús. Esto le pasó a Nicodemo y a tantos otros que a lo largo de la historia se han dejado “encender” o “iluminar” por el Señor.

Un Evangelio positivo, desafiante porque nos habla de andar en la verdad, como Teresa de Jesús. Un Evangelio que nos llena de Luz y de esperanza. ¡Nos hace tanta falta! Un Evangelio para que resplandezca lo bueno, generoso, amable, solidario que hay en cada uno de nosotros. Un Evangelio para que brille el Amor de Cristo, fuente de toda luz y de todo amor.

Parroquia Sagrada Familia