Carta de agradecimiento para el centro juvenil
La pasada semana se pudo leer en un periódico local la carta redactada por una persona que acudió a ver el musical del centro juvenil en el Teatro Clunia de nuestra ciudad. Esta actuación iba destinada a diversas asociaciones y colectivos sociales de personas con algún tipo de discapacidad.
Dar las gracias a todos aquellos que colaboran para que este tipo de actividades y proyectos sean una realidad y también un sincero agradecimiento a las personas que nos apoyan y felicitan.
A continuación reproducimos la carta titulada "Inclusión con mayúsculas":
EI pasado 16 de abril cualquiera que pasara por el Teatro Clunia vería gente haciendo cola para entrar. Personas con capacidades diversas como se dice ahora y sus familias, familiares de enfermos y enfermos, todos ellos pertenecientes al tejido asociativo de la ciudad. El motivo era responder a la invitación que, por segundo año consecutivo, realizó el grupo juvenil de la parroquia Sagrada Familia a acudir al musical que durante este curso han preparado y que, de manera solidaria, ofrecen a las asociaciones mencionadas.
Desconozco el aforo del Teatro Clunia pero puedo afirmar, que estaba completo. El musical y los actores... ¡una maravilla! Pero hoy no toca hablar de ellos. Lo que quiero contarles es lo que viví allí. Padres voluntarios de la parroquia, con sus chalecos reflectantes, ayudaban a acomodarse a los diferentes asistentes de todas las asociaciones; en algún caso, había un voluntario asignado a una sola persona para acompañarle a su butaca numerada. Habían colocado una pantalla grande para subtitular todos los diálogos y las canciones del musical, de manera que las personas con discapacidad auditiva pudieron seguir el argumento sin problemas, y dicho sea de paso, los demás también. Había intérpretes de lengua de signos que nos hicieron vibrar poniendo una gran emoción a la hora de traducir las canciones y los diálogos. Unas cuantas sillas de ruedas ocupaban la primera fila y huecos por el teatro. Cuando alguien se levantaba de su asiento, se le acompañaba en la oscuridad de la sala... Me sorprendió muy positivamente el tacto, el respeto de todo el mundo a todo el mundo, cualquiera que fuera su papel: actor, padre, asistente... Pero lo que realmente me ha hecho escribir esta carta, han sido los comentarios a la salida de algunas de estas personas, o de sus familias. Una familia me decía que era uno de los pocos actos de la ciudad a los que podía acudir con su hijo, sin temor ni vergüenza por si el muchacho se alteraba. Otro muchacho de capacidad diversa me confesó que con los subtítulos se había enterado de todas las canciones, comentaba que en otros espectáculos a los que iba, le quedaban algunas lagunas del argumento. Alguien con un poco de claustrofobia me susurró que allí se sentía libre de levantarse cuando notaba falta de aire...
El sábado estuve muy orgullosa de mi ciudad, de la gente de Burgos; de poder presenciar un acto solidario que supone muchísimo esfuerzo (y dinero) para los integrantes del grupo juvenil, y para su líder (Inma) con la más absoluta normalidad para todos los que estábamos allí. Eso sí que fue un ejemplo de inclusión respeto a la diferencia, usando nada más que determinados apoyos para acceder a un acto cultural... Fue increíble, se lo digo yo, que algo de eso entiendo... ¡No se pierdan el musical de Queen! disfrutrán mucho se lo garantizo.