Felicitación Navideña desde el Seminario para el Arciprestazgo de Vena
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
«La esperanza cristiana es un regalo de Dios que llena de alegría nuestra vida. Y hoy la necesitamos tanto. ¡El mundo la necesita tanto!», recuerda, con el corazón colmado de sueños por cumplir, el papa Francisco en su vídeo-mensaje del mes de diciembre, titulado Por los peregrinos de la esperanza.
En el corazón de este deseo para una Iglesia que está llamada a ser hogar con las puertas siempre abiertas, nace la intención de oración elegida por el Papa, quien recuerda el tiempo que vivimos como un lugar sagrado donde fortalecer la fe y reconocer a Cristo vivo en medio de nuestras vidas: «Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan», insiste en su petición.
Esta llamada especial, enmarcada en el contexto del próximo Jubileo 2025, nos sitúa ante el mandamiento principal de la ley de Dios, que es el verso central que acompaña cualquier poema recitado desde la esperanza cristiana: sólo amando al Señor con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente, seremos capaces de amar al prójimo como a nosotros mismos (cf. Mt 22, 36-40) y aún más, como Él nos ha amado.
Para los padres, todos sus hijos, aunque cada uno tenga su propia índole, son igual de queribles. En cambio, el niño cuando se niega a compartir lo que recibe gratuitamente de ellos, de los padres, rompe esta relación, o entra en crisis, fenómeno más común. Las primeras reacciones, que a veces suelen ser anteriores a la autoconciencia de la madre, cuando la madre está embarazada, el chico empieza con actitudes raras, empieza a querer romper porque su psiquis le prende el semáforo rojo: Cuidado que hay competencia, cuidado que ya no eres el único. Curioso. El amor de los padres lo ayuda a salir de su egoísmo para que aprenda a convivir con el que viene y con los demás, que aprenda a ceder, para abrirse al otro.
Me gusta preguntarle a los chicos: 'Si tienen dos caramelos y viene un amigo, ¿qué hacen?' Generalmente me dicen: 'Le doy uno'. 'Y si tienen un caramelo y viene tu amigo, ¿qué haces?' Hay duda y van desde 'se lo doy', 'lo partimos' al 'me lo meto en el bolsillo'. Ese chico que aprende a abrirse al otro, en el ámbito social esto supone asumir que la gratuidad no es complemento, no es complemento sino requisito necesario para la justicia.
La gratuidad es requisito necesario para la justicia. Lo que somos y tenemos nos ha sido confiado para ponerlo al servicio de los demás -gratis lo recibimos, gratis lo damos- nuestra tarea consiste en que fructifique en obras de bien. Los bienes están destinados a todos, y aunque uno ostente su propiedad, que es lícito, pesa sobre ellos una hipoteca social.
Homilía de S.S. Francisco, 8 de julio de 2015.
La Sagrada Familia vuelve a brindar contigo por navidad. De la mano de María, sentada a los pies de Jesús, acoge toda una vida que está por hacerse, centrada en su propio hijo. También nosotros, como María, a los pies de Jesús queremos vivir con Él cada instante de su vida, atentos a su Palabra, a sus gestos, a su mirada, a sus sentimientos.
Y Jesús nos ofrece el pan de la entrega, del compartir, para partirse y repartirse por nosotros. Nosotros, como José, acogemos este pan, para convertirnos en lo que recibimos, su entrega, su generosidad, y así partirnos y repartirnos, como Él, a todos y para todos, porque: Es Navidad.
El Espíritu Santo hace que la Sagrada Familia se encuentre en torno a Jesús. También nosotros como ellos queremos hacerle presente a Jesús en medio de nuestra familia, y compartirlo con los que no lo tienen o no lo ven.
Desde este rincón, que siempre ha sido y es vuestra casa, vuestro hogar y vuestra familia, con mayúsculas y minúsculas: ¡FELIZ NAVIDAD!
DICIEMBRE
DIA 15.- Cuarto domingo de adviento.
En la MISA de las 12h, anuncio de la NAVIDAD por los niños que harán este curso la Primera Comunión.
A las 18h en la IGLESIA, FESTIVAL PARROQUIAL DE NAVIDAD.
COLECTA - CAMPAÑA a favor de CARITAS PARROQUIAL.
CELEBRACIONES DEL TIEMPO DE NAVIDAD.
DIA 24.- MISA DEL GALLO: 12 de la NOCHE.
DIA 25.- NAVIDAD. MISAS: 10, 12, 13 y 19.30.
FIESTAS PATRONALES DE LA SAGRADA FAMILIA.
DIA 29.- FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.
Misa de 13h CONCELEBRADA.
DÍA 31.- A las 19h ORACION FIN DE AÑO ANTE EL SANTISIMO.
19.30h SANTA MISA.
ENERO
DIA 1.- AÑO NUEVO
MISAS: 10h, 12h, 13h y 19.30h
Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, con el tiempo de Adviento marcando el paso lento de Dios por nuestra vida, celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Ella, preservada del pecado merced a los méritos del sacrificio redentor de su Hijo, deja grabado en lo más profundo de nuestra fe que el amor –si es verdadero– lo inunda todo, hasta transformar en gracia la mirada afligida de este mundo.
«He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 26-38). María, con su perpetuo e inigualable «sí», rompe las ataduras humanas para enseñarnos cómo en una mirada pueden esconderse todos los misterios del Evangelio.
María nos lleva a Jesús. Todo en Ella es ofrenda derramada por amor; un amor incomparable capaz de transformar el dolor más oscuro en puro don. Incluso en la hora suprema de la nueva Creación, incluso en la Cruz, «cuando Cristo sufría en su carne el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo» (Evangelii gaudium, 285).
Los ojos de Cristo tienen el mismo color que los de su Madre, porque no soporta que unos pies cansados peregrinen por las cimas más gastadas de esta Tierra sin la presencia de Aquella que es capaz de «transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura» (ibd, 286). Ciertamente, confiesa el Papa Francisco, al Señor «no le agrada que falte a su Iglesia el icono femenino» (ibd, 285). De mismo modo, Ella empeña la vida para que cada uno de nosotros, sus hijos más amados, llevemos grabado en el alma el Corazón de su Hijo.
A lo largo de la historia, los más grandes pintores, maestros, poetas, escultores y literatos han ido cincelando en sus obras la belleza de la Santísima Virgen María. Porque nadie olvida su rostro después de haberla conocido. No solo porque Ella acompaña a cada uno de los hijos que testimonian los mandamientos de Dios y mantienen la memoria de Jesús (cf. Ap 12, 17), sino porque en su mesa caben todos. Y no importa la mano que moldee su tez, describa su amor materno o sombree sus ojos; solamente basta el corazón de quien la invoque para que Ella, como verdadera Madre, se haga presencia para dejarse eternamente admirar.