La “ X” para la esperanza

Somos nuestros relatos. Escribimos de nuestro puño y letra el guión de nuestra propia novela, pero la hacemos con otros. Ahora bien, todo relato se abre al futuro y, en todos ellos, se palpita a menudo un ansia de inmortalidad, una esperanza de vida futura, esperanza de que con la muerte no todo se lo traga la tierra. Una aspiración tan profunda ¿no tiene cabida en nuestras historias?

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Encuentro diocesano de jóvenes en Burgos

Del 17 al 19 de Abril de este año 2015 se llevará a cabo el encuentro de jóvenes de nuestra diócesis de Burgos.

thumb 0009El encuentro de jóvenes es el momento en que como jóvenes compartimos la vida más allá de unos minutos una vez al mes. Centrándonos en el lema de JMJ 2015 "Bienaventurados los limpios de corazón". Tratamos un tema que está dentro de la bienaventuranza, del proyecto de pastoral juvenil y que no solemos tratar de forma global y estructurada. No es una actividad más. Es la actividad de los jóvenes, que son Iglesia y que tienen que vivir experiencias diocesanas. En el encuentro del año pasado profundizamos en "Bienaventurados los pobres". El próximo año culmina este proceso de 3 años con la JMJ en Cracovia bajo el lema "Bienaventurados los misericordiosos".

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El Papa Francisco anuncia la celebración de un Jubileo de la Misericordia

El Papa Franciso anunció el pasado 13 de Marzo de 2015, dos años después de su elección como Papa, la celebración de un Jubileo de la Misericordia que comenzará con la apertura de la Puerta Santa el 8 de Diciembre de 2015, festividad de la Inmaculada y finalizará el 20 de Noviembre de 2016, fiesta de Cristo Rey.

El Domingo 12 de Abril se hará pública la bula del año Santo «Misericordiae Vultus» junto a la Puerta Santa de San Pedro.

Puedes descargar la bula en el siguiente enlace:

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En el día contra la esclavitud infantil

Francisco Gil Hellín (Arzobispo de Burgos)

gil hellinEl Evangelio tiene páginas enternecedoras sobre el cariño que Jesús sentía hacia los niños. Una de ellas es la que narra la regañina que echó a los apóstoles porque no querían que los niños le 'molestasen'. Su respuesta no pudo ser más contundente: «Dejad que los niños se acerquen a mí. De los que se hacen como ellos es el Reino de Dios».

El papa Francisco también participa de esta predilección hacia los niños. La última vez que habló de ellos fue el pasado miércoles, durante la audiencia en la Plaza de San Pedro. Decía el Papa: «Muchos niños desde el principio son rechazados, abandonados, despojados de su infancia y de su futuro. Alguno osa decir, casi para justificarse, que ha sido un error hacerles venir al mundo. ¡Esto es vergonzoso!». El Papa tenía delante los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. En esos mundos hay -¡todavía hoy! muchos niños marginados, abandonados, mendigando por las calles, intentando a su manera sobrevivir, sin escuela, sin atención médica. Y lo que todavía es más grave: siendo «presa de criminales, que les explotan para el tráfico y el comercio indigno, y los adiestran para la guerra y la violencia».

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Evangelio del Domingo, 12 de abril de 2015

Estamos en el Cenáculo de Jerusalén, donde los Apóstoles se han trancado con llave, porque están muertos de miedo a los judíos. Falta Tomás. Sin que nadie abra la puerta, Jesús se hace presente y se pone en medio. Podría reprenderles con severidad, porque Pedro le negó y los demás le abandonaron. Pero no lo hace. Al contrario, les desea la paz y les llena de alegría. ¡Jesús siempre trae paz y alegría verdadera!.
Luego les muestra las llagas de sus manos y de su costado y les hace este encargo: «Como el Padre me envió, así también os envío Yo». Y, para que puedan cumplirlo, les da el Espíritu Santo: «Recibid el Espíritu Santo». Se despide y desaparece del mismo modo que había entrado. Ellos se quedan desbordantes de alegría y, cuando llega Tomás, les falta tiempo para espetarle: «Hemos visto al Señor». Pero Tomás se hace el valiente: «Si no veo en sus manos la marca de los clavos y no meto el dedo por el agujero, si no meto la mano en su costado, no creo». Reclama las señas de identidad del Resucitado: la marca de sus llagas.
Ocho días más tarde, tendrá la oportunidad de verlas y tocarlas, cuando Jesús vuelva al Cenáculo donde estarán todos los discípulos, incluido él. Tras el saludo, la prueba reclamada por Tomás: "Mete aquí el dedo y mira mis manos; trae la mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente". Tomás se declara vencido y realiza el acto de fe más puro y vigoroso de cuantos hay en todo el Nuevo Testamento: "Señor mío y Dios mío". Es decir: "Tú eres el Mesías y Tú eres Dios". Jesús se lo acepta, pero le añade: "Dichosos los que crean sin haber visto".
Nosotros -tú y yo- somos parte de los que no le han visto, pero creemos en Él. Por eso, no somos menos afortunados que quienes le vieron con los ojos de la cara. Porque la fe nos pone en relación más profunda con Jesús que la visión material de su Cuerpo resucitado. Debemos estar contentos, más aún, orgullosos de tener fe. Orgullosos y agradecidos. Porque la fe no es una conquista nuestra, sino un inmenso regalo de Dios. ¡Ojalá no nos avergoncemos nunca y ante nadie de creer en Jesús Resucitado!
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31)

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Parroquia Sagrada Familia