Siémbrate, crece…
La pedagogía del grano de trigo es tan sabia y espiritual que tendríamos que tenerla más presente en nuestro proceso vital. La enfermedad, la muerte, nos espanta de alguna manera. Sin embargo, solo desde la limitación, la entrega, el darse hasta el final, el morir… es la vía para la vida. Ahí se desparrama, se extiende el Amor. Por eso: Siémbrate, crece… y comparte.
La Cruz es la vía del crecimiento. Ahí florecerá la espiga que se convierte en alimento. Todos estos textos que nos preparan a la Pascua del Señor, nos ayudan al cambio de mentalidad y a entrar en la esperanza del sueño de Dios para la humanidad.
Seamos grano de trigo… pequeño, que cae y muere. Confiemos en el Dios de la Vida. Siempre. Y en su Amor. Sin límite.