Combatir la pobreza, construir la paz
A Lorenzo le encantaba ir a los cumpleaños de los compañeros. Antes de salir de su casa, ya estaba contento. Se preparaba con entusiasmo y estaba parado en la puerta para salir antes de tiempo. Muchas veces, tenía que dar una vuelta a la manzana antes de entrar para no llegar antes que el cumpleañero. Y, cuando regresaba a su casa, no paraba de hablar y de contar cómo le había ido.
Un día, tuvo un cumpleaños en un campo de fútbol. Esas fiestas eran sus favoritas. Sin embargo, cuando su padre lo fue a buscar, estaba como perdido, no hablaba, iba serio... Su padre pensó que, quizás, se había peleado o le dolía la tripa por comer mucha tarta o sángwiches. —No, no comí tarta, tampoco muchos sángwiches -dijo. —¿No te gustó la tarta? —No sé, no la probé, parecía rica. Todos comieron un montón. —¿Te dolía la tripa? Si me hubieras llamado habría ido a buscarte más rápido. —No, no me dolía la tripa y tenía hambre. Lo que pasó es que, cuando me dieron el trozo de tarta y estaba por comérmelo, vi a un chico que miraba a través de la reja del campo.
Estaba triste, y pensé que quizás tenía hambre. Así que, sin que alguien se diera cuenta, le dí mi pedazo de tarta. —¡Qué bueno!, ¿se puso contento? —No sé, me parece que no. Agarró el trozo casi sacándomelo de la mano y salió corriendo. Parecía muy enfadado. ¡Ni gracias me dijo! La madre del cumpleañero me vio y me dijo que no me preocupara, que era un chico que vivía con su familia en la calle. Que siempre estaba enfadado y peleaba con los que pasaban. Me ofreció más tarta, pero ya no tenía ganas de comer. El padre no contestó rápidamente, se quedó pensando. Después de recorrer unas manzanas, le preguntó qué cosas lo enfadaban. —Cuando quiero algo y no lo puedo tener; por ejemplo, si mi hermana quiere ver un programa y yo otro. O si quiero un jueguito nuevo, y no me lo compran... —¿Y qué pasaría si no pudieras tener nada de lo que te gusta? ¿Si no pudieras ir más a un cumpleaños? —Me pondría furioso, me enfadaría... El padre le explicó que seguramente eso le pasaba a ese chico, por eso estaba enfadado. —Pero yo no le hice nada, le ofrecí mi tarta... —¿Te acuerdas el día que quise intervenir cuando estabas enfadado con tu hermana? Te enfadaste conmigo, y yo tampoco tenía nada que ver, sólo quise ayudaros. Lorenzo no siguió discutiendo. Quizá su padre tenía algo de razón. Tenía que pensarlo más. Todavía estaba dolido con lo que había sucedido y, así, no era fácil ver bien la realidad.
¿Juzgamos a los demás? ¿Qué hacemos por los que tienen menos? ¿Qué sentimos hacia los más pobres?. Del 22 al 27 de enero de 2019 se realizará la XXXIV edición de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. El tema de la jornada será: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Recemos por los jóvenes y los niños que intentan vivir según el consejo de María: “Hagan todo lo que él les diga”.