Comisiones
En la sala de maestros, se armó un gran revuelo. La directora propuso que 6º B organizara un acto. Para tales ocasiones, la escuela tenía por costumbre escuchar las propuestas de los niños y llevarlas a cabo con el acompañamiento de los maestros. A los estudiantes no les parecía extraño, ya que desde los primeros grados se manejaron así. La mayoría de las maestras no quería que el acto del 9 de julio fuera organizado por ese sexto de tan bajo rendimiento. Sin embargo, la directora encontró la manera de convencerla y la maestra del curso fue a hablar con los niños. —¿Nosotros tenemos que organizar un acto? ¡Si somos el peor curso! —dijo uno de los niños que percibía con gran facilidad lo que los demás sentían. —¿Vieron la murga que hizo 4º B para el día de la Memoria? Fue espectacular –dijo Mariela, que amaba los carnavales y sabía todos los pasos de murga. —¿Y la obra musical de Belgrano de 6º A? No desafinaron ni una vez –agregó Marcos que tenía oído absoluto y era capaz de reconocer cada nota. —¿Y el video que armaron los de 7º para el Día del Trabajador? Era de una calidad increíble— comentó Laura, especialista en filmar todas las fiestas familiares. —Ya sé, montemos comisiones.
Cada uno y cada una se responsabiliza de algo que sepa hacer, y los demás colaboramos. Vale anotarse en varias comisiones. ¿Les parece? –dijo Raúl, que era capaz de proponer ideas buenísimas, aunque generalmente no las llevaba a la práctica. Se montaron así comisiones de invitación, de logística, de música, de escenografía, de discurso, de baile, de escenografía y luces... Cuando terminó el acto, la directora tomó el micrófono y les agradeció, especialmente porque se notó el trabajo en equipo, porque no hubo quien quisiera sobresalir sobre el resto, y porque no dejaron ningún detalle al azar.
Cada uno recibe talentos. Cuando los usamos pensando en el bien propio y en el de los demás, hacemos grandes cosas. La vida es más plena. Jesús cuenta una parábola que tiene un lenguaje duro, típico de la época en que vivió. Lo que nos dice a través de este relato es que Dios nos da a cada uno las capacidades, los dones, los talentos necesarios para alcanzar la felicidad que sólo se logra cuando todos somos felices. Cuando ponemos estos talentos para el bien común, crecen, se fortalecen y hacemos una sociedad mejor.