Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá
María era tímida, muy tímida, excesivamente tímida. Y tenía una amiga genial: ¡Dori era lo más! Sabía lo que quería, y, cuando lo que quería Dori se cruzaba con lo que quería María, iba al frente, lo decía, luchaba por conseguirlo. Muchas veces ganaba ella. Pero, si era María la que obtenía lo que deseaban ambas, en un primer momento se sentía mal. Después era capaz de alegrarse con la felicidad de su amiga. Era sincera, decía lo que pensaba y no permitía que alguien hablara mal de quien no estuviera presente, aunque no fuera su amigo o amiga. Esto era lo que más destacaba María de Dori: su sinceridad. Por eso, cuando le dio el consejo, ese que le cambió la vida, María la escuchó y lo puso en práctica. Todo ocurrió cuando estaban organizando el acto del 25 de mayo, y la maestra distribuyó los papeles. María soñaba con ser una dama antigua y vestirse con esos vestidos "inflados". Pero, como siempre, la eligieron para vender pastelitos.
A la salida, María le contó a su amiga lo que sentía. —Anda y dile a la maestra que no quieres, que te sientes mal en ese papel, que prefieres otro —le dijo Dori. —No, cómo le voy a decir, ¿qué va a pensar de mí? —dijo María. —¿Qué te importa qué va a pensar? Si tu lo quieres, anda y pídele. ¿Qué puedes perder? María tomó fuerzas y, al día siguiente, se acercó a la maestra. —Seño, yo quiero ser dama antigua —le dijo. —Pero María, las damas antiguas tienen que hablar. ¿Tú te animas? —le contestó la maestra. —Sí, obvio que me animo. Yo también puedo hablar. La maestra no tenía mucha confianza en María, sabía que era muy tímida. Por eso, le llamó mucho la atención que se acercara a pedirle cambiar el papel en el acto. También se alegró de que pudiera decir y pedir lo que deseaba. Esa tarde, se sorprendió más aún cuando preguntó al resto de los niños si estaban de acuerdo con lo que les había designado. Había muchos que querían hacer otro papel. Gracias a María, en ese acto, cada uno representó el papel que deseaba. El acto fue excelente. María fue la estrella del acto. Habló con voz fuerte, clara, dirigiéndose hacia el público. Dori era la telonera y la primera que la abrazó y se sacó fotos con su amiga con vestido “inflado”.
¿Qué es lo que necesitas? ¿Qué haces para conseguirlo? ¿Te animas a pedírselo a Dios?. En la lectura de hoy, nos encontramos con un Dios que dialoga con las personas, que intercambia opiniones, que escucha y acepta lo que le dicen. Es un Dios cercano, atento a la realidad, al sufrimiento de los hombres y mujeres. Un Dios que envía a su hijo para que, por su amor, nuestros pecados sean perdonados.