Entre todos
En la escuela, había una directora nueva, joven, con mucho entusiasmo y nuevas ideas. Propuso realizar un concurso de proyectos. El concurso era amplio, y el proyecto podía ser de cualquier tipo. El premio era muy tentador: un viaje a un parque acuático para todo el curso. La directora pidió a las maestras que motivaran a los niños para que participaran, y se puso una fecha para entregar los trabajos. Cada maestra habló con sus estudiantes y entregó una fotocopia con las bases del concurso. En un sexto grado, que no había salido de viaje de excursión por problemas económicos, pensaron que era una excelente oportunidad de poder hacerlo. Se les ocurrió pensar algo todos juntos.
Marta, una de las chicas más calladas, tuvo otra idea: —¿Y si, en vez de gastar dinero en el viaje, lo usamos para hacer algo por la escuela? Muchos de los compañeros le saltaron encima. ¿Perder la oportunidad?¿Cómo se te ocurre? —A mí me encantaría ir de viaje al mar, no lo conozco y me imagino que debe de ser impresionante. Sin embargo, la idea de hacer algo que quede en la escuela, que diga que nosotros pasamos por aquí, aunque no se sepa el nombre de cada uno, me gusta más. Poco a poco convenció a algunos compañeros que, a su vez, convencieron a otros, y todos terminaron entusiasmados.
Comenzó la tarea de averiguar cuánto costaba el viaje y en qué podrían emplear esa dinero. La discusión les llevó numerosos recreos, algunas horas de clase y reuniones en las casas. Por fin, decidieron que, si usaban el dinero para materiales y conseguían la colaboración de padres y madres con la mano de obra, arreglarían los baños y el suelo del patio.
El proyecto fue entregado a tiempo. La directora, junto con algunos padres, comenzó a leer los trabajos. La mayoría eran excelentes, pero el de sexto fue el que más les llamó la atención. Era el mejor por varios motivos, pero especialmente porque se veía un gran trabajo en equipo. Sin embargo, había un problema. No podían cambiar el premio por dinero, la empresa no lo permitía. Se quedaron pensando que, si los niños estaban dispuestos a tamaño sacrificio, no podía quedarse de brazos cruzados. Debían arreglar los baños y el patio. Solo era necesario conseguir los materiales pues los chicos de sexto habían propuesto la mano de obra.
El día del resultado del concurso, estaban todas las familias invitadas. Fueron nombrando varios proyectos muy buenos, sobre los cuales seguirían trabajando. Y por fin, anunciaron al ganador: el proyecto de sexto. La directora dijo que el plan se iba a llevar adelante con algunos cambios: los chicos irían de viaje, pero se comprometerían a realizar, fiestas y rifas para comprar los materiales. A fin de año, ya habían comprado todos los materiales y, durante las vacacione, se hicieron las reformas. Todos colaboraron: los niños, los padres y las maestras. Y Marta se sacó una foto en la playa con todos sus compañeros.
¿Cuál fue el camino recorrido para ganar el premio? ¿Qué cosas podrías modificar en tu vida si trabajas en equipo?. Cuando recibimos a Jesús presente en el pan y en el vino, recibimos el mejor alimento para vivir en el amor. “Somos lo que comemos”, escuché en varias oportunidades. Recibir a Jesús no es mágico, pero nos fortalece para ser capaces de compartir y servir a los demás.