«Mis heridas son las tuyas: yo te he asumido en la cruz»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Postrado en tierra y envuelto de un silencio estremecedor. El arzobispo, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha presidido hoy en la Catedral la celebración de la Pasión del Señor en el que ha sido su primer Viernes Santo en Burgos. La sobriedad de la liturgia llamaba al recogimiento y la oración y el silencio reinante solo ha sido interrumpido en contadas ocasiones con la interpretación del grupo vocal Coda. El covid ha impedido que los burgaleses se acercaran a besar la cruz, pero desde su asiento han mostrado su adoración con una profunda inclinación de cabeza o poniéndose de rodillas. La crisis sanitaria y los problemas sociales de ella derivada parecían en esta tarde coincidir con «el misterio de amor» oculto en la muerte de Jesús.

«El Señor, en su Pasión, asume todos nuestros males», ha subrayado el arzobispo en su homilía. «Jesús te dice: «mírame y mírate a ti en mí, mis heridas son las tuyas, yo te he asumido en la cruz». Para el pastor de la archidiócesis, «en Jesús están todos nuestros sufrimientos y pasiones», de los que ha dado debida cuenta en su alocución. El «dolor físico» de Cristo coincide con con los enfermos que, en las ucis, sobreviven con respiradores. «La angustia, la soledad y la oscuridad» que sintió Jesús en la cruz, sus «dolores psicológicos», son la asunción de «nuestras noches sin dormir, las dudas sobre el mañana porque nuestra empresa está quebrada». Mientras que sus «sufrimientos espirituales» son los de «nuestros juicios inicuos», «el sentir la lejanía de Dios y su silencio en nuestra vida», «la traición de los amigos y la familia, el desamor, el preferir al malvado, la saña». Y, también, el de las mujeres que, como María al pie de la cruz, soportan estoicas el dolor del «maltrato o el rechazo social de sus grandes dones».

Para don Mario ese es el misterio de la Pasión del Señor, «un sacrificio, el asumir un mal por un bien mayor»; un sufrimiento en el que «siempre triunfa el amor, porque el amor siempre sana las heridas, el amor ensancha el corazón». «Hay dos modos de entender la Pasión: el de quien ve a Jesús como un fracasado, o quien, como el Buen Ladrón, lo percibe como el Rey de reyes, el triunfador, porque su poder es el del amor, el perdón y la misericordia», ha sostenido.

 

Parroquia Sagrada Familia