Sin ti no hay presente, contigo hay futuro

Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)

gil hellin

Unidos a la Iglesia en España, celebraremos el próximo domingo el Día de la Iglesia Diocesana. Con esta Jornada recordamos cada año que la pertenencia a la Iglesia universal se realiza y se concreta para nosotros en la pertenencia a nuestra Iglesia diocesana en Burgos; tomamos mayor conciencia de lo que nuestra Iglesia local es y de lo que hace; y estrechamos los lazos que nos unen sabiéndonos hijos de Dios que confesamos juntos una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre. Este año celebramos el día de la Iglesia Diocesana en un contexto privilegiado para nosotros: como sabéis, he convocado la celebración de una Asamblea Diocesana que marcará el ritmo pastoral de este curso y del siguiente. Precisamente el próximo sábado nos reuniremos durante todo el día para preparar este evento y para comenzarlo oficialmente con una Eucaristía en la Catedral, por la tarde, a la que os convoco encarecidamente. El marco en el que se sitúa esta convocatoria es, como sabéis, la conmemoración del VIII Centenario de la Catedral y el momento social y religioso que vivimos.

Como os he escrito en mi última Carta Pastoral, la Asamblea es un kairós del Espíritu, un tiempo de Dios que nos ayudará a abrirnos a sus designios y que nos renovará en la vocación bautismal para impulsarnos a la misión evangelizadora. La Asamblea «es una profunda experiencia de eclesialidad y de sinodalidad que hace visible y consciente la pertenencia a una Iglesia particular, profundizando en el compromiso con la misión y con la evangelización. De este modo reflejaremos el ser más íntimo y profundo de la Iglesia. Es una expresión solemne y colectiva de lo que la Iglesia es».

Precisamente estos son los objetivos del Día de la Iglesia Diocesana: despertar en nosotros el gozo de formar parte de un Pueblo de Dios que es enviado a comunicar la Buena Noticia de la presencia del Señor Resucitado entre nosotros. Estoy seguro que la experiencia que nos disponemos a vivir en este período de Asamblea Diocesana contribuirá, con la ayuda del Espíritu, a crecer en este empeño tan necesario para nosotros: el sentido de pertenencia. Un sentido que sin duda nos moverá a actuar, sabiéndonos hijos de Dios, para que otros, nuestros hermanos, también conozcan que lo son.

El lema que se ha escogido para la Jornada del presente año es: «Sin ti no hay presente. Contigo hay futuro». En nuestra Iglesia local, cuando nos sentimos orgullosos de la fe transmitida desde siglos y heredada de quienes nos precedieron, siempre hemos dicho que importa mucho saber conjugar pasado, presente y futuro. Algo de eso es lo que está en juego durante la celebración de la Asamblea Diocesana: agradecidos por el pasado, queremos revisar responsablemente el presente para construir el futuro. Porque el presente lo hacemos los que estamos implicados en él. Y el futuro lo tenemos que prever y construir también aquí y ahora, si no queremos que sean otros los que nos lo marquen, sin nuestro asentimiento y compromiso.

Este Día de la Iglesia Diocesana es una invitación a que tú también te unas a esta corriente de humanización que surge del quehacer de esta Iglesia en Burgos.

Todos sabemos que la Iglesia realiza una importante tarea al servicio de las personas y de la sociedad. Y lo hace gracias al trabajo comprometido de muchos hombres y mujeres concretos que entregan su vida, su tiempo, sus cualidades, sus aportaciones... para el sostenimiento de las diferentes actividades que se realizan. Somos conscientes de ello y entre todos hemos de responsabilizarnos para que nuestra Iglesia diocesana contribuya a crear una sociedad mejor. Este Día de la Iglesia Diocesana es una invitación a que tú también te unas a esta corriente de humanización que surge del quehacer de esta Iglesia en Burgos. Se trata de hacer juntos una comunidad diocesana viva, comprometida, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Porque ser bautizado es irradiar el dinamismo de esa vida que surge en el Bautismo en favor de todos: es importante tomar consciencia de esa vitalidad que, unida a la de otros, construye Iglesia y construye sociedad.

Quiero recordaros también la importancia de colaborar económicamente con este quehacer de la Iglesia. Sin vuestra aportación generosa no es posible llevar a cabo iniciativas que dan respuesta a muchas necesidades; y no se podría realizar la ingente labor que todos valoramos y deseamos. La comunión de bienes ha sido desde el principio un distintivo de las comunidades cristianas. Y ayudar a la Iglesia es igualmente un modo de reconocer y agradecer todo lo que recibimos de ella.

Por último, al llegar el Día de la Iglesia Diocesana os animo a todos a participar en esta experiencia única y singular de la Asamblea; a descubrir la riqueza de expresiones de nuestra Iglesia en Burgos; y a gozar, participar y continuar esa vitalidad de manera corresponsable. Que Santa María la Mayor nos ampare y acompañe en el caminar de la Asamblea para mayor gloria de Dios y bien de nuestra sociedad, desde nuestra Iglesia diocesana.

Parroquia Sagrada Familia