Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)
Queridos hermanos y hermanas:
Desde el encuentro con Jesús, que supone promover una Iglesia que se hace discípula y es enviada a evangelizar, teniendo muy presente que son primero las personas que la organización y que lo importante es la ruta misma (cf. EG 82), hemos elaborado el Plan Pastoral Diocesano para los próximos cuatro años.
Bajo el título Peregrinos de esperanza ha dado comienzo el curso pastoral en nuestra archidiócesis, así como la presentación de este nuevo Plan en los diversos organismos de nuestra Iglesia.
Este Plan marca algunos aspectos y prioridades que creemos necesario abordar. Esta hoja de ruta recoge acciones antiguas y nuevas que debemos afrontar en la pastoral de todas y cada una de las personas y comunidades que conforman una archidiócesis tan variada como la nuestra. Asimismo, hay muchos aspectos de la vida comunitaria y de la evangelización que no ha sido necesario recoger en este Plan, porque reflejan aquellos que vemos necesario impulsar, sin menoscabar los demás.
La Asamblea Diocesana 2019-2022, celebrada en el contexto del Jubileo por el VIII Centenario de la Catedral, nos ha abierto las puertas a la acción del Espíritu, quien nos ha señalado algunos caminos a recorrer. Desde ahí, nos hemos descubierto como una Iglesia llamada a ser fermento en medio de una sociedad, a ponerse en estado de misión y a realizar, una vez más, el primer anuncio en los nuevos y variados areópagos, en las familias, en los centros educativos, en los jóvenes, en el tiempo libre, en el medio rural, en las redes sociales, en las pobrezas y periferias existenciales.
Ese primer anuncio es la prioridad de este año. Así, los años siguientes tratarán sobre el acompañamiento, la formación y la presencia pública. Cada curso pastoral, por tanto, tendrá una temática tomada directamente de lo trabajado en el Congreso de Laicos.
Desde ese horizonte común, queremos vivir más la comunión y unir fuerzas en una llamada renovada a la evangelización. Parroquias junto con otras parroquias, delegaciones junto con otras delegaciones, asociaciones laicales y comunidades de vida consagrada en medio de todo el Pueblo santo de Dios llamado a evangelizar. Deseamos, al fin y al cabo, compartir la misión y aportar lo mejor de cada uno para extender, hoy y aquí, el Evangelio de Jesucristo.
Con esa doble orientación nos disponemos a vivir el Año Jubilar convocado para toda la Iglesia el año 2025, cuyo lema da título a nuestro Plan: Peregrinos de esperanza. Este año coincidirá con el 950 aniversario del traslado de la Sede episcopal a Burgos.
Nuestro principal deseo nace de suscitar y renovar el encuentro con el Señor. A partir de este encuentro, pondremos la mirada en las comunidades para ayudarlas a ponerse una vez más en estado de misión. Un Plan Pastoral donde nadie queda al margen y donde quisiéramos llevar el anuncio de Jesucristo hasta todos los rincones y ámbitos de la geografía burgalesa.
Le pedimos a Santa María la Mayor, patrona de la archidiócesis y plenitud de nuestra esperanza, que nos ayude, ampare y acompañe en este sendero que estamos llamados a recorrer. Que Ella, la mujer vestida de sol, la infinita esperanza que no experimentó la corrupción del sepulcro, la que siempre está con sus hijos, modele nuestros pasos frágiles mientras transitamos el camino infinito del Amor.
Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.