Dia de la Iglesia Diocesana: Gracias por tanto
El 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana. Juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás.
Queridos hermanos y hermanas: hoy, cuando celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, solo puedo expresar –a viva voz y con toda el alma– el latido más profundo que mi corazón siente: «Gracias por tanto».
Decía santa Teresa de Calcuta que «las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos». Y es ahí, en el eco de una amable y sincera acción de gracias, atravesando el puente que separa la petición de la gratitud, donde deseo poner hoy mi vida, mi ministerio, mi palabra de pastor.
Desde siempre, al día que hoy conmemoramos le han acompañado cuatro pilares fundamentales: oración, tiempo, cualidades y corresponsabilidad económica. Contrafuertes de una Iglesia que, como ha subrayado el papa Francisco en varias ocasiones, es «un hospital de campaña» capaz de agrandarse para acoger a todos.
En la oración reconocemos que Dios habla en el silencio; un silencio que posibilita la escucha, que da sentido y plenitud. Necesitamos la oración, ese «encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre», como decía san Agustín, para alimentar la respiración de nuestra vida espiritual.
La parroquia necesita, también, de nuestro tiempo. Tiempo para ponernos al servicio de los demás, para ponernos a los pies de nuestros hermanos siempre que haya una herida que curar, una mirada que acompañar o un corazón que consolar. Si la oración es la llave que abre el corazón de Dios (san Pío de Pietrelcina), el tiempo que entregamos va moldeando el corazón de la Iglesia.
Y, para ello, hemos de aportar lo que somos y tenemos. «Con la fatiga y el sufrimiento, con una vida conforme al Evangelio, con la renuncia y la cruz, con el espíritu de las bienaventu- ranzas» (Evangelii nuntiandi, n. 10), proclamando el Reino de Dios y su justicia; de manera que puedan decir de nosotros, como lo hicieron del Señor, «todos daban buen testimonio de él, maravillados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca» (Lc 4, 22).
Finalmente, para este día, es importante también nuestra co- rresponsabilidad económica. Esta Iglesia que peregrina en Burgos ha sido siempre un caudal inigualable de gratitud y de generosidad. Las cifras las sostienen, de principio a fin, las personas, merced a ese amor que soporta todo y que no teme a nada. Pero es necesario nuestra colaboración para sostener como se merece nuestra Casa Común que celebra la liturgia, sostiene el amor a los hermanos, fomenta la comunión, pro- clama la misericordia de Dios y sirve a los más necesitados.
Mario Iceta Gavicagogeascoa
Arzobispo de Burgos
Siguiendo las pautas del actual Sínodo convocado por el papa Francisco
A lo largo de casi tres años, la Iglesia en Burgos ha vivido un proceso asambleario en el que se ha reflexio- nado sobre cuestiones que atañen a la vivencia personal de la fe, a las estructuras y modos de organización eclesial y a la presencia de la Iglesia en la sociedad. En total, 183 perso- nas, en representación de todo el Pue- blo de Dios, han diseñado las líneas de actuación de la Iglesia en Burgos en el futuro, recogiendo el trabajo realizado por más de 300 grupos de reflexión con más de 3.400 personas involucradas.
Entre los numerosos temas que se han abordado en la Asamblea diocesana figuran la presencia femenina en la Iglesia, la atenciónpastoral al medio rural, juventud y familia, la acción social y una mejora en su ejercicio de comunicación y transparencia, sin olvidar la necesidad de reformar estructuras que superen clericalismos e involucren a todos los cristianos en la misión eclesial, siguiendo las pautas del actual Sínodo convocado por el papa Francisco.
El 5 de junio, festividad de Pentecos- tés, el arzobispo, don Mario Iceta, aprobaba y firmaba el documento fi- nal. Durante este curso corresponde la recepción y aplicación de las propues- tas para lo cual se celebrarán varios encuentros diocesanos así comoun trabajo de nuevo en las pequeñas co- munidades con la ayuda de materia- les de apoyo que se han elaborado.
Al finalizar el presente curso quedará redactado un plan de pastoral que marcará las líneas futuras de la vida y misión de la Iglesia en Burgos.