28 Mar
Jueves Santo - Santa Misa
Fecha 28.03.2024 17:00
28 Mar

Lavatorio de los pies.
Traslado del Santísimo al monumento.

Evangelio del domingo, 24 de noviembre de 2019

 

San Lucas presenta a Jesús crucificado y el pueblo que permanecía y miraba allí. Los jefes, por un lado se burlaban y murmuraban sobre Jesús. Sobre el hijo de Dios que en definitiva ellos no pudieron reconocerlo como el hijo de Dios. Sin embargo, ante esa escena también aparecen los ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Uno reprochándole, ya que si se hace llamar hijo de Dios que se salve a sí mismo y, el otro pidiéndole al Señor. Señor: acuérdate de mí cuando estés en el paraíso y Jesús que confirma ese pedido de este ladrón. De este hombre que estaba pagando una condena. Sin embargo, Jesús como dice San Pablo: “siendo justo padeció la injusticia de los hombres y se hizo cargo del pecado de los hombres y de la humanidad”.

¿Qué podemos decir de Cristo Rey? Que Cristo quiere reinar en el corazón de cada uno de nosotros. Quiere reinar con su justicia, con su paz, con su alegría, con su bondad. Jesucristo Rey quiere reinar también en cada lugar, en cada comunidad, en nuestro país, en el mundo. Jesucristo quiere reinar con su sencillez, con su humildad. La realeza de Jesús tiene que ver con el servicio. El servicio que se ofrece se dona hasta con la propia vida como lo hace Jesús. La realeza de Jesús comienza en un pesebre en un lugar humilde y sencillo, podríamos decir, el último lugar que Jesús eligió para reinar. Un lugar donde nacen los animales Jesús el hijo de Dios nació allí para reinar.

El mensaje que nos deja a nosotros es la humildad, la sencillez sobre todo, un camino y una vida entregada que se refleja en la escena de la cruz. Que para nosotros como creyentes no termina en la cruz sino que se plenifica con la resurrección.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Parroquia Sagrada Familia