Evangelio del domingo, 2 de junio de 2019

 

Estamos llegando al final del tiempo pascual. Jesús resucitado ha prolongado su presencia entre los discípulos durante cuarenta días, hablándoles acerca del Reino de Dios, el tema central de su mensaje y la causa de su vida y de su muerte. Y les hace una promesa muy importante: recibirán la fuerza de lo alto, el Espíritu Santo, que les acompañará siempre.

Lucas se sirve del misterio de la ascensión para indicar que ahora toca actuar a los discípulos, porque ellos son los escogidos y enviados por el Resucitado para seguir sumisión. Han pasado los tiempos de prueba, han experimentado que Cristo ha resucitado y vive, y el mensaje de Jesús no pude perderse. Hasta ahora ha sido Jesús quien ha actuado; pero ha llegado el momento en que son ellos, la Iglesia, quien tiene que coger el timón y comenzar a predicar el mensaje del Reino. Todos los hombres estamos llamados a predicar el mensaje de la salvación.

En las lecturas de hoy S. Lucas nos advierte que el tiempo pascual está llegando a su fin y que Cristo resucitado no va a ser ahora quien los guíe como hasta ahora, que deben abrirse a la acción del Espíritu Santo, porque tienen por delante una gran tarea, pero esta misión no la llevarán ellos solos a cabo: «recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, “y hasta el confín de la tierra”» (1,8). El tiempo Pascual ha sido necesario para que los discípulos fortalezcan su fe, rompan con sus miedos y no teman evangelizar, porque recibirán la fuerza de lo alto, el Espíritu Santo, que les acompañará siempre. Hasta ahora ha sido Jesús quien ha actuado y Dios con él; pero ha llegado el momento para que los apóstoles, la Iglesia comiencen la obra que Jesús encomienda a unos y a otros. Es un tiempo para vivamos intensamente el acontecimiento de la resurrección y nos preparemos para anunciar al mundo entero el mensaje de Jesús (v.8). El evangelista Lucas quiere dejarnos claro que la resurrección de Jesús no es algo que le afecte exclusivamente a él, sino que tiene otra dimensión: la comunidad. Todos los seguidores de Jesús tenemos que resucitar de nuestros miedos, de nuestras ideas que no concuerdan con el mensaje y vida de Jesús. Jesús resucitado quiere hacerse presente en su comunidad y la ascensión es el momento adecuado para dejar a la comunidad resucitada, y en manos del Espíritu que debe llevarla hasta el final.

 

Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»

Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Parroquia Sagrada Familia