Evangelio del domingo, 7 de mayo de 2023

En el quinto Domingo de Pascua, en este tiempo en donde estamos llamados a descubrir la alegría de Jesús Buen Pastor que viene a nuestro encuentro. Este Buen Pastor que cura nuestras heridas, este Buen Pastor que nos conoce por nuestro nombre nos llama por nuestro nombre.

Y en este día el evangelio es un evangelio sumamente hermoso el evangelio de Juan 14, 1 – 12 que relata claramente esta promesa de Jesús. Jesús que se manifiesta a sus discípulos les abre el corazón a través de su palabra y lo hace en la última cena. Dice Jesús: “no se inquieten crean en Dios y crean también en mi. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, yo se los hubiera dicho y yo voy a ir a prepararles un lugar.”

Que hermoso poder descubrir esta palabra de Jesús. Estas palabras que nos habla de esta promesa, es a la que nosotros queremos llegar a participar en su Reino. A participar en esta casa que el Señor nos ha preparado. En ese lugar que el Señor nos ha preparado.

Pero para eso tenemos que trabajar. Tenemos toda nuestra vida para poder construir y descubrir este lugar que Jesús nos ha regalado. ¿Cómo construir este lugar? ¿Cómo alcanzarlo? Bueno a través de las buenas obras que cada uno de nosotros puede experimentar.

Pero para eso tenemos que descubrir, que Jesús se presenta como el camino la verdad y la vida. Tomas le dice a Jesús: “Señor no sabemos a dónde vas, cómo vamos a conocer el camino. Jesús le dice estas palabras tan profundas: Yo soy el Camino la Verdad y la Vida nadie va al Padre si no se por mi”. Jesús camino, Jesús verdad y Jesús vida.

En este día queremos pedirle al Señor que realmente podamos ser verdaderos discípulos. Que podamos descubrir a Él en este camino que es estrecho pero el camino que nos conduce a la felicidad. En este camino que tiene que ver con la verdad. La verdad que nos hace libres, como dice Jesús: “si permanecen en mi serán verdaderamente mis discípulos conocerán la verdad y la verdad los hará libres.” Y esta vida, que no es cualquier vida, la vida en abundancia que nos ofrece Jesús. Y es la abundancia que tenemos que alcanzar cada día con todo lo que nos toca realizar día a día en nuestro cotidiano andar tratando de ser cada día mejores instrumentos del Señor. Mejores discípulos. Tratando de buscar alcanzar esta promesa que el Señor nos ha realizado.

Pero para eso tenemos que creer, no solo en la palabra de Jesús, sino en las obras que Jesús va manifestando.

Pidámosle, entonces al Señor en este día que realmente podamos llegar alcanzar el lugar que nos ha preparado. Este lugar en el cual Él se ha anticipado para buscarnos este lugar especial que cada uno de nosotros estamos llamados habitar. Y sobre todo, que podamos reconocer a Él constantemente en cada hermano en cada gesto en cada acontecimiento como el camino la verdad y la vida.

Que el Señor os bendiga y acompañe en estos días y realmente trabajemos para poder alcanzar la promesa del Señor. Que así sea y nos encontraremos en torno a la palabra del Señor en cualquier momento.

Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».

Palabra del Señor

Parroquia Sagrada Familia