La mañana del Domingo de Ramos en Burgos comenzó con esperanza, pero las nubes pronto impusieron su voluntad. El paso de Jesús en la Borriquilla, que debía regresar a la parroquia de San Lorenzo, no pudo completar su recorrido debido a las inclemencias del tiempo y se vio obligado a permanecer en el interior de la Catedral.
La tradicional procesión, que partía desde San Lorenzo, tuvo que acelerarse y realizarse sin la solemne bendición de los ramos en la calle. Las cofradías participantes, entre ellas la de Cristo Resucitado, caminaron con paso firme para evitar la lluvia, logrando llegar a la plaza de Santa María sin incidentes. En la portada de la Catedral, los recibió el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, acompañado por otras autoridades eclesiásticas.
Ya dentro del templo, en el trascoro, se llevó a cabo finalmente la bendición de ramos y palmas, seguida de una procesión interior hacia el altar mayor y la celebración de la Santa Misa. La Cofradía de Cristo Resucitado también estuvo presente en este acto litúrgico, sumándose con devoción a este inicio de la Semana Santa burgalesa.
Aunque se intentó sacar el paso de la Borriquilla para la procesión general tras la misa, la lluvia volvió a imponerse. El paso llegó a asomarse a la puerta de la Catedral, pero tuvo que regresar al trascoro. Ante la persistencia del mal tiempo, se suspendió oficialmente la procesión exterior.
