28 Mar
Jueves Santo - Oración
28.03.2024 23:00 - 23:30

Podemos unirnos en oración que dirigirá el grupo de Adoración Nocturna de la parroquia.

Obediencia a Dios

Raúl no había escuchado hablar mucho de Dios. Algunos de sus compañeros de la escuela iban a la parroquia para tomar la Primera Comunión y le contaban cosas que aprendían de la catequista. Le decían que había 10 mandamientos para cumplir, pero que, por suerte, se podían resumir en uno. Cuando les contó a sus padres que sus amigos iban a catequesis, le ofrecieron llevarlo. Raúl dijo que no, que no quería más mandamientos, que ya tenía suficiente con la escuela. Sus padres intentaron explicarle que no era así, que era bueno tomar la Comunión, que ellos lo habían hecho... Pero no pudieron convencerlo.

Muchos años después, cuando era profesor, se encontró con una colega que viajaba desde lejos para dar clase en un lugar en donde no le pagaban, donde era voluntaria. Le llamaba profundamente la atención y le admiraba el esfuerzo que hacía esa mujer, ya jubilada, por dar las clases de noche, con frío, con jóvenes que nunca le agradecerían lo que hacía... Siempre con entusiasmo, aunque fueran dos los estudiantes, o incluso uno solo, ella daba todo de sí misma.

—¿Lo hace por política, por convicciones sociales? –le preguntó un día. —No, lo hago porque creo que es lo que Dios me pide, es el lugar donde debo estar. Raúl no entendió la respuesta. Si lo hacía por obligación, por qué parecía estar tan feliz; no faltaba ni cuando llovía torrencialmente, aunque llegara empapada. —Yo no dije que lo hacía por obligación –le aclaró la mujer–, lo hago porque creo que Dios quiere que esté aquí. Me dio las fuerzas, las ganas y la formación para que ayude a estos jóvenes. No me obliga, al contrario, me regaló todo lo que necesito para que sea feliz en esto que hago. Además, mira —dijo la mujer y sacó de su cartera un papelito doblado en cuatro—, hace muchos años leí esta frase en la Biblia y la copié para no olvidarla:

“Se te ha indicado qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios” (Miqueas 6, 8).

¿Pensaste alguna vez que lo que Dios te pide siempre es para tu bien y para el bien de los demás? Cuando reconocemos esto, seguimos a Jesús con todo nuestro corazón, porque lo que él nos dice y nos pide es para construir un mundo mejor. Hoy nos encontramos, en el texto de Lucas, con un Jesús que parece duro, exigente, severo. Y sí, seguir a Jesús es un compromiso, una “exigencia” que aceptamos libremente. No es a medias. No es sólo ir a Misa los domingos. Seguir a Jesús es una actitud de toda la vida. La felicidad que alcanzamos a su lado, es una tarea de todos y de cada uno.

Parroquia Sagrada Familia