Evangelio del Domingo, 29 de Noviembre de 2015

Beckett escribió una famosa obra teatral: "Esperando a Godot", en la que describe la espera de un misterioso personaje, sin que se tenga la certeza de que realmente llegará. Debía venir por la mañana, pero envía recado que llegará por la tarde; por la tarde anuncia que vendrá al atardecer, y al atardecer, que quizás llegue a la mañana siguiente. El personaje que anuncia el evangelio es todo lo contrario: Jesucristo vendrá con plena seguridad. Y hay que esperarlo. Ya vino en la primera Navidad, cuando nació en Belén. Entonces vino en debilidad y humildad, como un pobre hombre -un Siervo-, al que todo el mundo podía despreciar y orillar. De hecho, lo clavaron en una cruz como se hacía con los peores criminales.

Pero vendrá otra vez. Será la definitiva. Y entonces, no lo hará como siervo sino como Señor, no como quien puede ser condenado sino como quien dictará juicio definitivo sobre los hombres y las mujeres de todos los tiempos, sobre los políticos y poderosos de este mundo, sobre los que mataron a los inocentes y despreciaron a los pobres, sobre los que sembraron el mundo de odio y no de amor, sobre los que practicaron la venganza y no el perdón, sobre los imperios que sometieron y explotaron a los pueblos pequeños. También sobre cada uno de nosotros y nuestras obras.

Por eso, a diferencia de "Esperando a Godot", hay que estar preparados. Durante muchos siglos se esperó su llegada a la tierra Y llegó. Así ahora, llegará al final de los tiempos, como lo ha anunciado. Si los masacrados días pasados en Bataclan hubieran leído esto por la mañana al abrir el periódico, quizás se hubieran sonreído. Pero Jesús llegó para ellos esa noche. Y volverá a llegar al final del mundo. Por tanto, hay que estar preparados. El evangelio de hoy nos da un buen consejo: "Tened cuidado; no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios". No se os embote la mente y el corazón con el dinero, el poder, el sexo, la droga, el juego, la pornografía, el egoísmo a ultranza. En positivo: sembremos nuestra vida y ambientes de amor, justicia y paz. Buen programa para el Adviento que hoy comienza y que es preparación a esa espera.

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.»

Parroquia Sagrada Familia